domingo, 30 de agosto de 2015

XX. NÍSPEROS

i
La cesta dulce engalana
al tiempo: vientre fecundo,
hoy partícipe segundo
de la púbera y liviana
esencia que sobria mana
del primaveral abril,
mes clamoroso y gentil,
cuyo cándido deleite
resbala, nupcial aceite,
en gotas de amor sutil.

ii
Graciosa y rubia morada
suscita mieles y encanta
con su pulpa la garganta,
de espeso jugo colmada;
la boca dejar saciada
espera con su intención,
néctar de comba poción;
óvalo deseo que adhiere
peculiar sabor y quiere
del gusto su aprobación.

iii
En la lúbrica floresta,
collar magnífico pende
y al arrancarse sorprende
con su meliflua propuesta,
espeso antojo que presta
almíbar a los zarcillos;
como júbilo en ovillos,
sus áureos pliegues de seda
por labios cómplices ruedan
igual que eternos anillos.

iv
Grávido botón, capullo
céntrico, lejos del césped,
es el más ligero huésped
del árbol; discreto arrullo
que al silencio torna suyo,
brindándole suave esmalte,
íntimo rocío que roza
la dermis púdica y rosa
antes de que osado salte
y a las papilas exalte.

v
Cuerpo célibe que apura
a caer sus trenzas de estambre,
de incrédulo y verde alambre,
que comparten su figura,
obra festiva y madura;
dádiva que al paladar
le obsequia un rico jarabe,
cuya consistencia sabe
con su tímido libar
copioso placer brindar.

vi
Resguarda el polen la abeja
y simula su zumbido
en bajo y casual silbido,
pues de la voraz madeja,
ancha válvula bermeja,
su benéfico embeleso
pretende robar amante,
para vaciar embriagante
licor, gozoso y confeso,
libre por fin en un beso.

vii
Es la cáscara una prenda
que se pierde por su curva,
membrana frágil que estorba
a la voraz encomienda
de la pasional contienda;
una rasgadura incide
y a la sábila desata,
opulento río escarlata
cuyo canino reincide
y a los gajos los divide.

viii
Con inocente rubor,
el níspero se dilata
y pasional arrebata
con su pulso horticultor
al vínculo seductor
cuyo vestido converso,
joven y mordaz encaje,
es sensual, lascivo traje
de un aljófar tibio y terso
que devora al fruto inverso.

© 2015, Edgar Adrián Loredo Silvestre

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