domingo, 30 de agosto de 2015

XIII. SANTUARIO

Trinos que ofician la tónica pura
del santuario, metáfora sencilla;
la armoniosa y ecuménica ternura
esparcen leve de orilla en orilla.

Ave de franca y marmórea textura,
ágil su prédica se erige y brilla,
y es filigrana excelsa su envoltura:
majestuoso templo en humilde villa.

Despojada de lujos y exotismo
a sus naves infunde un catecismo
donde la pródiga verdad se asoma

a través de sus ligeros vitrales,
caleidoscopios rítmicos y afables
que refractan su lienzo de paloma.

© 2015, Edgar Adrián Loredo Silvestre

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