con sonámbulos lotos la estática figura,
alabastro lunar que del insomnio nombra
en pozos nocturnos su tísica impostura.
Atónito, su espejo sin ángulos se asombra;
con precisión, musita blanco goteo y procura
en la gélida estatua firme esculpir su sombra,
mientras bajos azahares la atmósfera saturan.
Retienen las columnas fino nácar sin pulso,
de Venus simulacro; fúnebre mármol bello,
de pompa ornamental saturado y convulso.
La pila inmarcesible, de tacto y piel carente,
posee presidio fútil en circular destello,
insípido ante el rosa de la carne renuente.
© 2015, Edgar Adrián Loredo Silvestre
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