domingo, 30 de agosto de 2015

VI. CARACOL

En la fresca y solariega mañana,
sube un fúlgido caracol la cuesta;
de su recorrido una savia mana,
a encender hogares está dispuesta.

Incluso en la comarca más lejana
es su concha del porvenir respuesta;
óleo que pule su virtud temprana
y paulatina en los campos recuesta.

Su lisa estela bañó en alegría,
coraza noble de rural templanza
que viaja en espirales todavía.

Anuncia despacio, lenta bonanza,
el próximo arribo del grato día:
dádiva de una tranquila esperanza.

© 2015, Edgar Adrián Loredo Silvestre

2 comentarios:

  1. ¡Hola Edgar! Soy Eduardo (Lalo), el muchacho de El Sol de México. Nos conocimos ahí en las oficinas esta semana. Es un gusto compartir con colegas la belleza de la literatura. En estos días te estaré leyendo para así dejarte mis comentarios.
    Que descanses

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  2. Qué hay! Seguro, yo también estaré leyendo lo que tengas publicado en tu blog, así intercambiamos opiniones y divagaciones. Vale, saludos!

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